JUVENTUDES Y DEMOCRACIA

Las personas jóvenes, de acuerdo con el último censo de población realizado por el INEGI, representan el 30% de la población mexicana, algo así como 37.8 millones de personas entre 12 y 29 años, y para 2020, 49.8% de la población joven eran hombres y 50.2% mujeres. En nuestro estado, se estima que 1,922,066 personas son jóvenes, lo que representa poco menos de un tercio de la población guanajuatense. 

Esto quiere decir que la población juvenil va en aumento, sin embargo, ¿qué tanto se involucran en cuestiones de ejercicio de su ciudadanía? ¿qué grado de interés muestran por cuestiones políticas? ¿hasta qué punto se les toma en cuenta para la toma de decisiones y creación de políticas públicas que les beneficien? ¿las personas jóvenes están debidamente representadas en la democracia?

Estas preguntas son las que trataremos de ir resolviendo a lo largo de este texto. 

Primero es conveniente que recordemos que, el sistema representativo bajo el que vivimos, la Democracia, proviene de los inicios de la civilización occidental, en donde en Atenas, Grecia, un grupo de filósofos se reunían a conversar sobre los problemas y asuntos de la Polis (ciudad) en el Ágora (plaza pública); ahí era donde se presentaban los conflictos y mediante el diálogo y la argumentación se planteaban distintas soluciones, de tal manera que se instauró una forma de gobierno mediante la cual las personas elegían a sus representantes mediante un incipiente sistema de mayoría, es decir, se llegaban a acuerdos y consensos basados en lo que la mayoría de los hombres que asistían a estas reuniones opinaban. Así nació el sistema democrático que proviene de los términos ‘Demos’ (que significa Pueblo) y Kratos (que significa Gobierno). La Democracia por su etimología, refiere al Gobierno del Pueblo. Posteriormente esto se tradujo en diversos sistemas de elección popular, mediante los cuales las personas podían opinar sobre lo que acontecía en sus lugares de residencia, así como elegir a sus gobernantes.

Seguramente esto te resuena del algo, puesto que en México, mediante el sistema de votos, las y los ciudadanos podemos participar de manera activa en la elección de las personas que nos van a representar y que van a tomar decisiones trascendentales para el presente y futuro. 

Por supuesto votar no es la única forma de participar ni de ejercer ciudadanía, un sistema democrático comprende la posibilidad de que existan diversas actividades encaminadas a mostrar opiniones, generar participación y ser parte de la vida pública de un país, de tal manera de que existen diversas formas de ejercer participación política y no solamente el voto. 

La democracia se trata de que todas las personas podamos participar y emitir opiniones respecto de los asuntos de la vida pública que nos conciernen y aunque hay varias formas de participación tanto convencionales como no convencionales, todas están encaminadas a manifestar una postura o incidir en algún asunto de carácter público o comunitario.

Las formas de participación política ciudadana convencionales quizá son las más conocidas y comprenden actividades como: votar, afiliarse a algún Partido Político, contender en una elección para un cargo, participar en una consulta, mandar un oficio a alguna autoridad, etc.; mientras que las formas “no convencionales” comprenden aquellas actividades que también buscan hacer incidencia pero mediante canales no institucionales tales como: manifestaciones, firmar documentos o peticiones en señal de protesta, compartir información política a través de redes sociales, entre otras. Lo más importante es recordar y reconocer que todas las formas de participación son válidas y legítimas, así como el hecho de que responden a necesidades e inquietudes ciudadanas dependientes del contexto.

En este contexto de la Democracia y los procesos participativos, hemos de resaltar la importancia que juegan las juventudes como agentes críticos y de cambio social; mucho se habla desde perspectivas adultocéntricas de que las personas jóvenes no saben o no les interesa participar en la vida activa del país o bien, que sus propuestas u opiniones carecen de valor por no tener suficiente experiencia o madurez. Este es un mito que debemos combatir puesto que las juventudes tienen muchas cosas que aportar a la vida pública y la democracia. 

Ahora bien, también debemos focalizarnos en el hecho de que la participación ciudadana de las juventudes en la democracia representa un reto pues si bien es cierto que México posee un sólido sistema democrático, también es una realidad el hecho de que muchas personas muestran apatía o poca disponibilidad para involucrarse en un proceso de tal índole. Para ello se tiene que poner mucha atención en cuáles son los retos más importantes que se tienen respecto al tema; por un lado hay que mencionar la inadecuada alfabetización cívica que les atribuya de conocimientos necesarios para el adecuado ejercicio de su ciudadanía. Se habla poco en las escuelas de la importancia de la democracia y de las distintas formas de participación política con las que contamos, lo cual genera un clima de desinterés en estos procesos por parte de infancias y adolescencias, lo que conlleva que mientras crecer sus intereses disten de procesos participativos o se hagan desde la desinformación o por cumplir, como podría ser el ejemplo del voto. Es así que solamente algunas personas desarrollan real interés por el tema y lo incluyen en su educación a nivel superior especializándose en alguna rama como puede ser el Derecho, las Ciencias Políticas, la Administración Pública, entre otros. 

Si empezamos a generar contenidos de interés con temas de participación ciudadana desde niveles básicos educativos, esto tendrá como consecuencia un mayor involucramiento y la obtención de herramientas necesarias y bien sustentadas para el ejercicio ciudadano.  

Por otra parte se tiene también la desconfianza que han generado los procesos de participación como alternativas reales al cambio social, económico, político, etc., esto se debe en gran medida al privilegio que ha tenido el Voto y a la centralización de los medios en este ejercicio. Las votaciones son la forma de participación política ciudadana más conocida y reconocida en nuestro país, y para muchas personas no representa un sistema de cambio o bien tienen desconfianza en el mismo. Esto ha repercutido tanto en las personas que hacen uso de este brazo de la democracia, como en las personas jóvenes que están empezando a ejercer su ciudadanía y que no encuentran en el voto una alternativa real para los problemas que les aquejan o un medio adecuado para expresar sus opiniones.

En tercer lugar podemos mencionar el alejamiento de las figura de representación ciudadana de los contextos donde están los jóvenes; el hecho de que las personas en cargos públicos de toma de decisión no sean cercanos o utilicen los medios electrónicos para recabar opiniones, interactuar y rendir cuentas, genera un clima de desconfianza o total desconocimiento sobre los actores políticos, sus quehaceres, ideologías y qué se está haciendo para mejorar un entorno determinado. Si la figura pública en cuestión no goza de una popularidad inherente al cargo (como puede ser el caso de Presidente de la República, Gobernadoras/es, Alcaldes, o algunas personas diputadas), tendrá que procurar una cercanía mínimamente con el entorno que representa, como sería el caso de diputados/as locales, personas regidoras, entre otros.

No podemos dejar de mencionar que no solamente es el interés el único factor que incide en la participación, también convergen otros que merman las oportunidades tanto de estar informado/a como de participar en los procesos. Uno de ellos es la escolaridad, se ha registrado que mientras mayor es el grado de escolaridad, mayor es el involucramiento en niveles de participación ciudadana y por ende mayor grado de conocimiento sobre los procesos de incidencia. Esto está intrínsecamente ligado a los contextos sociales y económicos de las personas, por lo que debemos tomar en cuenta que las desigualdades en estos niveles generan distintas oportunidades e intereses al momento de participar. 

Por otra parte siempre debemos tener en la mira la perspectiva de género, para poder identificar los factores de desigualdad que merman el ejercicio de la ciudadanía democrática, pues existen diversas condiciones para el acceso a la información y los procesos participativos, y el género muchas veces sigue resultando una condicionante en las oportunidades. Mirar con detalle las condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres pondrá de manifiesto la brecha de desigualdad para tomar acciones que nos permitan acortarla. 

Resulta necesario también mencionar la desconfianza que durante años se ha gestado respecto del papel de los actores políticos en el rumbo del país; con el avance tecnológico y el acceso a redes sociales, son muchas las personas, sobre todo jóvenes, que pueden mantenerse al tanto de lo que sucede en su entorno. Es así como las malas prácticas en materia política y de gobernanza son fácilmente identificables, de tal manera que a lo largo del tiempo, la deshonestidad y corrupción de quienes históricamente han gobernado, ha valido la desconfianza ciudadana, hecho que no pasa desapercibido para las personas jóvenes, pues la percepción de que participar de manera activa en la vida democrática del país no tendrá efecto o trascendencia, está fuertemente influida por estas malas prácticas entre las que destacan: la nula respuesta a las demandas y necesidades sociales, la corrupción, la falta de rendición de cuentas, etc. 

Para poder contribuir a que las y los jóvenes estén debidamente informados y se involucren de manera activa en los procesos democráticos, hemos de recurrir a diversas estrategias tanto de alfabetización en materia de participación e incidencia política, como de motivación para generar interés. Para esto se tiene que tomar en cuenta que la participación no nace de manera espontánea sino que es resultado de diversos factores tales como una adecuada cultura cívica, información actual,  relevante y fresca en materia de participación, perspectiva de género y diversidad, Derechos humanos, y sobre todo un lenguaje fresco y actualizado que motive a las juventudes a aprender, involucrarse y ejercer efectivamente su ciudadanía.

Motivar a los jóvenes para que se involucren en la vida política es indispensable no solamente como parte de la obligación y responsabilidad de participar en la vida democrática de nuestros contextos, sino que también proporciona una visión actual de los intereses, necesidades y preocupaciones de este sector poblacional; involucrarles es beneficioso para poder recabar ideas sobre estos tópicos sobre la solución a las diversas problemáticas tomando en cuenta la mirada de aquellos a quienes les aqueja principalmente. Las juventudes deben estar capacitadas para tomar decisiones y esto lo lograremos con información, apertura al diálogo, escucha activa, rendición de cuentas e inclusión. Tenemos todo qué ganar. 

Cuando las juventudes se involucran, la Democracia crece.  

  1. Cfr. INEGI, Comunicado de prensa núm. 436/22, Estadísticas a propósito del Día Internacional de la juventud, 10 de agosto de 2022, consultado en https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2022/EAP_Juventud22.pdf    
  2.  El Adultocentrismo es un concepto utilizado para explicar el sistema mediante el cual se piensa que las personas adultas son superiores a otras de generaciones más bajas como los adolescentes, las juventudes o las infancias. Lo que deriva en que sus opiniones no sean tomadas en cuenta, se les inferiorice por su edad o se piense que las personas de cierta edad no pueden tomar decisiones o no son aptas hasta que “crezcan”.
  3.  Instituto de Investigaciones Jurídicas, Instituto Mexicano de la Juventud; Los jóvenes en la política, 2012, Universidad Nacional Autónoma de México. Consultado en https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3221/19.pdf 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

INEGI, Comunicado de prensa núm. 436/22, Estadísticas a propósito del Día Internacional de la juventud, 10 de agosto de 2022, consultado en https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2022/EAP_Juventud22.pdf 

Instituto de Investigaciones Jurídicas, Instituto Mexicano de la Juventud; Los jóvenes en la política, 2012, Universidad Nacional Autónoma de México. Consultado en https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3221/19.pdf

https://portalanterior.ieepcnl.mx/educacion/certamen_ensayo/septimo/MartinAlejandroGueta.pdf

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-69162015000100030

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