
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen una nueva agenda global, integrada a partir de experiencias como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y la identificación de nuevos retos sociales, ambientales, económicos y políticos, que la comunidad internacional ha adoptado para promover en el mundo, un modelo de desarrollo más justo e incluyente.
Si bien es cierto, los ODM en los primeros 15 años de este siglo impulsaron el desarrollo en varios rubros importantes como la reducción de la pobreza económica, el acceso al agua y el saneamiento, la disminución de la mortalidad infantil, la democratización de la educación primaria y la lucha contra enfermedades como el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis, varias de estas tareas siguen sin resolverse. Es por ello que los ODS retoman dichos compromisos para su seguimiento y conclusión e integran nuevos campos de acción sobre los cuales se delinean nuevos objetivos, incorporando una perspectiva de sustentabilidad en todas las acciones y metas.
Estos objetivos fueron adoptados por todos los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas en 2015, como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad con proyección al año 2030. En palabras de la Dra. Marcia de Castro, Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en México, las cinco esferas de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible se centran en favor de las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas estratégicas.

La implementación de esta importante agenda representa un gran reto para los países y puede servir como una plataforma de lanzamiento para la acción comunitaria que convoque al trabajo colaborativo a los gobiernos, así como a organismos de la sociedad civil, academia y el sector privado, con el fin de hacer frente a los tres elementos rectores del desarrollo sostenible: crecimiento económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental.
Dada la complejidad que plantea la realización de los ODS, se requiere de la creatividad, el conocimiento, la tecnología, voluntad política, así como de los recursos financieros de toda la sociedad para su implementación y evaluación. Todo ello, con el objeto de concretar avances significativos que se traduzcan en mejoras en la calidad de vida de las personas y su entorno.

En el caso particular de México, los ODS fueron adoptados como un compromiso de Estado. Por tal motivo, la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de la Presidencia de la República y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), desarrollaron en conjunto el Sistema de Información de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SIODS) como una herramienta que pone a disposición de los usuarios la información sobre el avance en el seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Los datos allí expuestos tienen carácter oficial y, por lo tanto, pueden servir para el diseño de políticas públicas, así como para los reportes internacionales que rinda el país.
Esta agenda civilizatoria, se encuentra representada por 17 ODS estrechamente interrelacionados, pues se reconoce que las intervenciones en un área afectarán los resultados de otras y que la propuesta de nuevo modelo de desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad medio ambiental, económica y social. Asimismo, se contemplan 169 metas, que inciden en las causas estructurales de la pobreza, combaten las desigualdades y generan oportunidades para mejorar la calidad de vida de la población en el marco del desarrollo sostenible.
La ONG EDUCO, como organización especializada en la cooperación global para el desarrollo y acción humanitaria desde hace más de 25 años, destaca algunos aspectos importantes de los ODS, a partir de los cuales se formulan las siguientes representaciones:

- Fin de la pobreza
La pobreza en el mundo se ha reducido en un 50% desde el año 2000, sin embargo, siguen existiendo millones de personas que viven con menos de 45 pesos al día. Esta condición multifactorial, produce varias afectaciones importantes como el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna, la imposibilidad de acceder a la educación, el padecimiento de enfermedades y muertes evitables, entre otras.
En el mismo orden de ideas, la pobreza también produce una segregación de las personas con menos recursos en la sociedad, de tal forma que, para este sector de la población, las posibilidades de participar e incidir en sus procesos de desarrollo disminuyen considerablemente, por tal motivo, alcanzar este objetivo representa la oportunidad de construir una mayor participación ciudadana para la toma de decisiones y la repartición equitativa de los recursos.
2. Hambre cero
“El hambre perpetúa la pobreza al impedir que las personas desarrollen sus potencialidades y contribuyan al progreso de sus sociedades”. (Kofi Annan, ONU, 2002)
Bajo esta perspectiva, la seguridad alimentaria cobra especial relevancia para las sociedades, pues se relaciona directamente con la libertad para participar en los procesos de desarrollo personal y comunitario. De acuerdo al Instituto de Nutrición para Centroamérica y Panamá (INCAP), la seguridad alimentaria “es un estado en el cual todas las personas gozan, en forma oportuna y permanente, de acceso físico, económico y social a los alimentos que necesitan, en cantidad y calidad, para su adecuado consumo y utilización biológica, garantizándoles un estado de bienestar general que coadyuve al logro de su desarrollo”.
En virtud de lo anterior, las políticas públicas en materia de alimentación que tradicionalmente se implementan en México deben replantearse desde este nuevo enfoque integral y vincularse con el desarrollo de capacidades para fomentar la autonomía personal y comunitaria que permita la procuración de los satisfactores necesarios para acceder a una vida digna y ampliar la esfera en la que participan e inciden las personas en las decisiones que las afectan.
3. Salud y bienestar
Este objetivo es fundamental para la realización de todos los demás porque para alcanzar el resto de ODS es necesario que se garantice y promueva la salud y el bienestar. En plena crisis sanitaria, las carencias de nuestro sistema de salud han quedado expuestas y nos plantean la necesidad de ampliar la protección estatal especialmente para las personas en mayor situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, lograr una participación social activa y responsable sigue siendo una tarea fundamental para la atención de las medidas preventivas dictadas por las autoridades de los tres órdenes de gobierno. La crisis de hoy nos ha mostrado que el trabajo realizado durante años por instituciones como el INE y la sociedad civil, ha incidido de manera importante en la formación de una ciudadanía más consciente, participativa y responsable.
4. Educación de calidad
La educación de calidad es imprescindible para alcanzar el desarrollo sostenible pues proporciona a las personas las herramientas necesarias para mejorar su grado de movilidad social y, sobre todo, aumentar sus oportunidades de vivir con libertad de acción y decisión.
Los problemas principales de la educación tienen que ver, por una parte, con la infraestructura disponible, como escuelas, instalaciones, tecnología, entre otros, y por otra, con la estructura de enseñanza que integra la formación docente, los contenidos, capacidades institucionales y las técnicas de enseñanza.
Es por tanto necesario continuar invirtiendo en el mejoramiento del sistema educativo para garantizar una cobertura total y mejorar la calidad de la educación para elevar la participación ciudadana y con ello afianzar nuestra cultura democrática.
5. Igualdad de género
La igualdad entre los géneros es un derecho humano y la base para alcanzar la sostenibilidad. Para lograr la igualdad es necesario que mujeres y niñas accedan a la educación, a la atención médica, a un trabajo decente y puedan participar en los procesos de toma de decisiones sociales, políticas y económicas.
Por otro lado, el trabajo con hombres es fundamental para promover una masculinidad más libre, incluyente y libre de violencia, que se aleje del esquema tradicional con el que viven millones de hombres que sin duda es una barrera hacia la igualdad sustantiva.
6. Agua limpia y saneamiento
La falta de agua potable o el agua de mala calidad tienen consecuencias en la seguridad alimentaria y en los medios para subsistir de millones de personas. Para lograr que todos tengan acceso al agua potable y al saneamiento es fundamental que se gestionen de forma sostenible los recursos hídricos y se impulsen acciones para preservar los recursos haciendo un uso adecuado de los mismos.
7. Energía asequible y no contaminante
Para proteger el medioambiente es fundamental impulsar la utilización de energías renovables en calefacción y transporte, entre otros rubros, así como la financiación de tecnologías más limpias y amigables con el ambiente.
En la actualidad, miles de hogares utilizan leña o carbón para producir energía, lo que genera afectaciones graves a la salud de las personas además de la contaminación al medio ambiente. En este sentido, las políticas públicas para preservar la salud personal y comunitaria con relación a los contaminantes generados por la actividad humana deben impulsarse desde lo público y facilitar la labor del sector privado.
8. Trabajo decente y crecimiento económico
A pesar de tener un empleo, muchas personas no pueden mantenerse por arriba de la línea de bienestar, toda vez que la remuneración y las condiciones en las que desempeñan sus actividades muchas veces no les permiten satisfacer lo mínimo indispensable para vivir una vida digna. Asimismo, muchos de los empleos se encuentran en el plano de la informalidad, lo que priva a los trabajadores y sus familias de la seguridad social y otras prestaciones consideradas en las leyes.
Es importante fortalecer la creación de empleos formales en el país, así como garantizar a los trabajadores una remuneración adecuada que les permita vivir dignamente. Asimismo, es indispensable potenciar las capacidades locales para asegurar el crecimiento económico y fortalecer las alianzas con el exterior para consolidar inversiones en favor de una mejor economía.
9. Industria, innovación e infraestructura
Tener una economía fuerte depende en gran medida de inversiones importantes en las infraestructuras de los países. La innovación, además, es fundamental para que exista una industria más productiva y menos contaminante. Aunque durante los últimos años se ha producido una reducción de las emisiones de dióxido de carbono en la fabricación, la reducción no ha sido igual en todo el mundo.
Como país, el garantizar un crecimiento económico que promueve el desarrollo sustentable es fundamental para garantizar la disponibilidad de recursos para futuras generaciones. Es por ello que la participación de la comunidad científica y académica puede acelerar el proceso de transición energética y lograr avances importantes en el cuidado y protección del medio ambiente al mismo tiempo que dinamiza las actividades productivas y mejora el bienestar de la población.
10. Reducción de las desigualdades
Actualmente existen grandes desigualdades en países y entre países, en lo que respecta al acceso a los servicios de salud, a la educación y a los bienes productivos. Para reducir las desigualdades es fundamental intervenir en las estructuras económicas y sociales para abrir el abanico de oportunidades a la mayoría de la población.
México es un país de grandes contrastes y en la medida que procuremos cerrar las brechas de las desigualdades no solo económicas sino sociales, estaremos contribuyendo significativamente a la realización de este objetivo de desarrollo.
11. Ciudades y comunidades sostenibles
Las zonas urbanas, por lo general, ofrecen mayores oportunidades económicas para las personas y las empresas. Sin embargo, las condiciones de vida que ofrecen las grandes urbes no siempre son las mejores, pues los residentes se enfrentan a una serie de limitantes y amenazas para su desarrollo que van desde particularidades individuales hasta situaciones históricas, sociales y políticas.
Otro fenómeno que acontece con regularidad en las ciudades es el de la segregación urbana, el cual afecta especialmente a las personas en situación de riesgo. Este proceso desintegrador, comienza por dificultar el acceso a una vivienda digna, a espacios recreativos y servicios básicos como agua potable, salud, educación, seguridad, transporte y ofertas de empleo, hasta dañar profundamente el tejido social.
Ahora bien, en el caso particular de México, la zona rural se ha asociado históricamente con altos índices de marginación y exclusión, por lo que la migración hacia las ciudades ha sido cada vez más recurrente, dejando al campo mexicano y sus comunidades en una situación crítica de abandono.
Desde la perspectiva del desarrollo comunitario, las zonas rurales ofrecen la oportunidad de aprovechar los recursos del entorno de forma responsable y equilibrada y potenciar los procesos organizativos para la toma de decisiones.
En ese sentido, se deben focalizar políticas públicas para la fijación de la población en las comunidades rurales mediante el aseguramiento de oportunidades de crecimiento económico y desarrollo personal y comunitario y al mismo tiempo, atraer a la población que vive precarizada en las ciudades para equilibrar el acceso y la administración de los recursos.
12. Producción y consumo responsables
El consumo desmesurado produce contaminación y degrada el medioambiente, por lo tanto, es necesario actuar desde la raíz para apostar por sistemas de producción que respeten el entorno y sean sostenibles. Además, todas las personas debemos optar por modos de vida sostenibles para contribuir a cuidar la naturaleza y frenar el cambio climático.
Educar en el consumo responsable es una tarea de primer orden pues esta conducta incide directamente en cómo las personas se desempeñan en los diferentes ámbitos donde se desarrolla la vida. Si no tomamos conciencia de lo limitado de ciertos recursos, estaremos poniendo en riesgo la posibilidad de vivir con bienestar en el futuro próximo.
En cuanto a las decisiones públicas, se debe diseñar y ejercer el presupuesto cada vez más alineado a las necesidades priorizadas por los propios ciudadanos, ya que, en muchas ocasiones, las inversiones públicas no surten los efectos deseados al estar desvinculadas completamente de los intereses y necesidades de los beneficiarios directos, por lo que se hace necesaria una segunda inversión una vez conocidas las deficiencias y los errores. En conclusión, mientras haya una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones públicas, mayor será la eficiencia en la administración de los recursos y mejores los resultados que se obtengan. Por tanto, una ciudadanía informada, crítica y responsable es un elemento indispensable para que los procesos deliberativos fortalezcan nuestra cultura democrática.
13. Acción por el clima
El cambio climático es una realidad y está produciendo efectos negativos en las personas, en la economía y en la naturaleza. Para luchar contra el cambio climático, en el año 2016, varios países firmaron el Acuerdo de París y se comprometieron a trabajar para limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados.
En ese sentido, en materia de políticas públicas se debe privilegiar la promoción de las energías limpias y amigables con el medio ambiente sobre aquellas que generan una alta contaminación ambiental. Asimismo, desde lo local es recomendable impulsar acciones de educación ambiental para transmitir a las nuevas generaciones un profundo amor y respeto por la vida en su entorno.
14. Vida submarina
Los mares y los océanos no son solo fuente de vida, también son esenciales para el comercio y el transporte, pero, actualmente, la contaminación y la acidificación están causando cambios en los ecosistemas. Para lograr proteger mares y océanos es fundamental una regulación que sea efectiva y que controle la sobrepesca y la contaminación.
La explotación responsable de los recursos del mar es necesaria para lograr la sostenibilidad, sobre todo de las comunidades que hacen de la pesca y actividades relacionadas, su actividad principal de subsistencia.
15. Vida de Ecosistemas terrestres
Más del 30% de la superficie de la tierra está cubierta por bosques y los árboles son elementos esenciales para frenar el cambio climático. En la actualidad, se destruyen 13 millones de hectáreas al año, lo que provoca desertificación. El reto consiste en proteger los bosques, gestionar el uso de los recursos de forma sostenible y reducir la desertificación.
De igual forma, las campañas de reforestación son importantes pues se gestan a partir de la puesta en común de un compromiso universal: cuidar nuestro medio ambiente. Diversos grupos de ciudadanos organizados han puesto límites y mostrado el camino a los gobiernos estatales y municipales sobre la ruta a seguir si se quiere proteger verdaderamente nuestro entorno. En ese sentido, movimientos sociales a gran escala han logrado posicionar la importancia de la protección ambiental en la agenda social y política, lo que ha derivado en decisiones importantes para la conservación de los ecosistemas y en la generación de precedentes para las actuaciones futuras.
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
El Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, define a la construcción de la paz como el conjunto de acciones que permiten a una sociedad prevenir, gestionar y resolver sus conflictos, a través de sus propias capacidades, sin recurrir al uso de la violencia.
Al respecto de la construcción de la paz, esta Organización refiere que para lograr el objetivo es imprescindible fortalecer la capacidad para crear seguridad y un desarrollo sostenible mediante la mejora estructural de los mecanismos básicos en el terreno social, económico y político.
En el caso particular de México, la situación en materia de seguridad y violencia del presente se puede entender a partir del conjunto de estrategias mal diseñadas e implementadas, así como por las omisiones en materia de prevención social de la violencia y la delincuencia que, como Estado, se han realizado en las últimas décadas. Como prueba de ello, el repunte de los índices delictivos en delitos como homicidios, narco menudeo, extorsión, robos, violencia intrafamiliar, entre otros.
Si se ponen todos los esfuerzos en el logro de este objetivo se debe instituir con firmeza el estado de derecho y la cultura de la legalidad, ampliar los alcances de los procesos participativos y deliberativos y recuperar la confianza perdida en las Instituciones. De esta manera estaremos ante una posibilidad real de reconstruir el tejido social y mirar con sustentabilidad hacia el futuro.
17. Alianzas para lograr objetivos
Para explicar la importancia de este objetivo cobra especial relevancia el concepto de gobernanza. Si bien es cierto, existen diversas definiciones, la propuesta por la profesora María Victoria Wittingham Munévar caracteriza con precisión los elementos más importantes. Para ella, la gobernanza es la realización de relaciones políticas entre diversos actores involucrados en el proceso de decidir, ejecutar y evaluar decisiones sobre asuntos de interés público, proceso que puede ser caracterizado como un juego de poder, en el cual competencia y cooperación coexisten como reglas posibles; y que incluye instituciones tanto formales como informales. La forma e interacción entre los diversos actores refleja la calidad del sistema y afecta a cada uno de sus componentes; así como al sistema como totalidad.
En virtud de lo anterior, las alianzas que se puedan construir para la incorporación de la agenda 2030 determinarán en buena medida, el grado de avance de las sociedades en su cumplimiento, pues como hemos establecido, la calidad del sistema de gobernanza se muestra a partir de la participación de cada uno de los elementos que lo componen. En ese sentido, los valores cívicos y democráticos resultan fundamentales pues constituyen la base axiológica sobre la cual habrá de fijarse el rumbo de las sociedades.

Como ha quedado de manifiesto, la realización de estos 17 rubros de la agenda de los ODS, depende en gran medida de un factor transversal preponderante: la participación ciudadana. A partir de esa premisa, los resultados positivos que podamos alcanzar como sociedad se encuentran vinculados con la capacidad que logremos para organizarnos en torno a esta agenda común.
En ese sentido, la participación social y política es fundamental para impulsar en los diferentes espacios deliberativos, los cambios necesarios para reorientar todos los esfuerzos institucionales y comunitarios para la consecución de estos objetivos que nos pueden guiar a un estado de bienestar, a concretar una igualdad sustantiva entre hombres y mujeres y, sobre todo, a la generación de mayores oportunidades para vivir con paz y dignidad.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en su tesis número LXVI/2009, ha definido al derecho al libre desarrollo de la personalidad como derecho fundamental el cual establece que todo individuo tiene derecho a elegir en forma libre y autónoma su proyecto de vida.
Así, acorde a la doctrina y jurisprudencia comparadas, tal derecho es el reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda persona a ser individualmente como quiere ser, sin coacción ni controles injustificados, con el fin de cumplir las metas u objetivos que se ha fijado, de acuerdo con sus valores, ideas, expectativas, gustos, etcétera.
Por otro lado, la Carta Magna en su numeral 4, establece que toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. Al respecto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2014) en su análisis particular sobre el caso, refiere que este derecho posee una doble dimensión; por una parte, dicha prerrogativa protege el ambiente y expresa el papel indiscutible que éste tiene en la realización de un plan de vida digno, a través del aseguramiento de las condiciones óptimas del entorno y la naturaleza, más allá de su relación con el ser humano y de la apreciación que éste haga sobre aquellos, reconociendo que su valor intrínseco deriva de que su proceso o los procesos que la integran continúan y siguen aparentemente en un sentido: reproducirlo vivo, seguir existiendo, en su esfuerzo constante de adaptarse para sobrevivir, incluso a la acción humana, y, por la otra parte, la protección de este derecho humano constituye una garantía para la realización y vigencia de los demás derechos, atendiendo al principio de interdependencia, ya que, como se acaba de señalar, el ser humano se encuentra en una relación indisoluble con su entorno y la naturaleza, por lo que nuestra calidad de vida, presente y futura, nuestra salud e incluso nuestros patrimonios material y cultural están vinculados con la biosfera; en este sentido, la dignidad, la autonomía y la inviolabilidad de la persona dependen de su efectiva defensa.
En definitiva, la oportunidad de ejercer nuestras libertades y derechos se entrelaza con la capacidad de disfrutar de un entorno que propicie el desarrollo de la vida y la administración sostenible de los recursos para asegurar nuestra subsistencia. Para lograrlo, es imprescindible la socialización de estos objetivos para que todos y cada uno de los actores, a partir de una profunda reflexión, decida de manera voluntaria, alinear sus acciones, objetivos y metas con esta agenda para el desarrollo sostenible 2030.
Sitios consultados:
http://agenda2030.mx/ODSopc.html?lang=es#/about
https://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/cartillas/2015-2016/22-DH-alMedioAmbSano.pdf
https://www.educo.org/Blog/Agenda-2030-y-Objetivos-Desarrollo-Sostenible
https://www.iecah.org/index.php/investigacioncp
https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/sustainable-development-goals/background/
https://www.senado.gob.mx/comisiones/relext_orgint/docs/publicaciones/publicaciones5.pdf
https://www.semaforo.mx/articulo/semaforo-delictivo-nacional-0
https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/paginas/DetalleGeneralV2.aspx?id=165822&Clase=DetalleTesisBL#:~:text=DERECHO%20AL%20LIBRE%20DESARROLLO%20DE%20LA%20PERSONALIDAD.&text=De%20la%20dignidad%20humana%2C%20como,aut%C3%B3noma%20su%20proyecto%20de%20vida.
https://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals.html