La corrupción, como problema social, es un fenómeno complejo que debe abordarse desde un enfoque multidimensional para mejorar la comprensión de sus alcances y efectos en nuestra sociedad. Desde hace varios años, diversos estudios han demostrado las consecuencias nocivas que genera, especialmente en los procesos de desarrollo de los paises que la practican, y más aún, para los que hacen de esta, un estilo de vida.
Aunque varias las manifestaciones de la corrupción se desarrollan en un espacio de clandestinidad, muchas otras conductas se han asumido como prácticas comunitarias e institucionales cotidianas, cuyas repeticiones desgastan progresivamente el tejido social, la cultura de la legalidad y el estado de derecho.
Expertos en el tema coinciden en que este tipo de prácticas se presentan tanto en el ámbito público como en el privado, no obstante, por sus repercusiones colectivas, es importante continuar con el analisis de sus manifestaciones en el espacio institucional y comunitario, pues de ahí se desprenden consecuencias importantes para nuestro sistema demócrático.
Desde el punto de vista conceptual, la corrupción suele ser definida de diversas maneras. Por ejemplo, expertos como Stephen Morris la definen como “el uso ilegítimo del poder público para el beneficio privado”, o como “todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de consideraciones de beneficio personal o político” (1991). Por otro lado, María Amparo Casar la encuadra como “el abuso de cualquier posición de poder, pública o privada, con el fin de generar un beneficio indebido a costa del bienestar colectivo o individual” (Sandoval, 2016). Por su parte, Nye en Rose, la define como “un comportamiento que se desvía de los deberes formales de un rol público debido a asuntos privados ya sean personales, de familiares cercanos, amigos, entre otros. Asimismo, añade los componentes de la obtención de ganancias pecuniarias o de estatus asi como la violación de reglas (INSTITUTO BELISARIO DOMINGUEZ, 2021) En resumen, podemos interpretar estos conceptos como el aprovechamiento de una posición jerárquica o de poder público, para adquirir beneficios propios o para terceros en detrimento de la observancia obligatoria de las leyes y normas que conforman el estado de derecho.
Ahora bien, una vez delimitados los parámetros conceptuales de lo que podemos entender por corrupción y retomando el carácter multidimensional de su analisis, es menester abordar algunas de las perspectivas que desde diferentes disciplinas del conocimiento se emplean para tratar este relevante tema:
- Desde el periodismo, el tema de la corrupción se aborda principalmente con el objeto de investigar y denunciar a figuras públicas y exaltar en forma de escándalo su comportamiento, que se presenta a la opinión pública como información de interés general;
- Desde la Ética, se encuadra el fenómeno como una falta de moral;
- Desde el Derecho, se califican este tipo de conductas como trasgresiones a las leyes, normas y principios que rigen las relaciones sociales y jurídicas en nuestra sociedad.
- Desde la economía, se observa la obtención de ganancias fuera de la estructura legal y los daños materiales ocasionados por sus diferentes manifestaciones.
- Desde la política, se atiende al ejercicio indebido del poder del representante popular en beneficio propio o contrario al interés social; y
- Desde la sociología, se analizan las relaciones sociales, históricas y políticas así como las costumbres, la moral y las virtudes que rigen una sociedad en un periodo determinado.
Independientemente de la perspectiva con la que se aborde, es posible afirmar que la corrupción, desde sus múltiples acepciones, ha contribuido a degradar el orden social permitiendo que los intereses particulares de la estructura burocática y política asi como de aquellas personas en una situación de poder, se impongan sobre el interés social, que en este caso representa el imperio del estado de derecho y el bienestar general de la población.
Asi pues, el complejo entramado de corrupción que diferentes actores sociales y políticos reproducen con acciones, discursos y denuncias, que pocas veces terminan en sanciones ejemplares para los supuestos infractores de la ley, ha contribuido a la proliferación de la apatía social y el descrédito institucional.
Entre las consecuencias más importantes que genera la corrupción en nuestro país, destaca el incremento de la percepción negativa hacia las instituciones garantes del orden demócratico y la disminución de la confianza social en los órganos de gobierno.
Esta degradación de la confianza se traduce en el desinterés ciudadano por los asuntos públicos pues se prefiere asumir una actitud pasiva ante la desesperanzadora idea de que la participación ciudadana no trasciende en los asuntos relevantes del país. Muestra de ello, la consulta popular realizada el primero de agosto del presente año donde se tuvo una participación inferior al 8%.
La pregunta planteada en la consulta popular fue:
¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminados a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?
En principio, podríamos inferir que la mayoría de la población está de acuerdo en la aplicación de la ley en igualdad de condiciones y sin privilegios, sin embargo, poner a consideración de la población este planteamiento no hizo más que confirmar la crisis de participación ciudadana en los asuntos públicos y los altos niveles de desconfianza social que tienen las autoridades ejecutivas y los responsables de la procuración e participación de justicia en México.
En conclusión, la corrupción debilita a las institución públicas y afecta directamente la consolidación y desarrollo de la democracia, pues es un fenómeno que fortalece las prácticas clandestinas de abuso de poder, la falta la trasparencia y la impunidad. Asimismo, se ha convertido en un discurso socorrido para todas aquellas personas que deseen desacreditar tanto a personas como instituciones desde lo moral y no necesariamente desde lo legal, pues muchas de las denuncias se realizan en el ámbito mediático y no trascienden en el aspecto legal, incrementando la percepción de impunidad entre la ciudadanía.
En México se han implementado políticas públicas desde hace más de 20 años para favorecer la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas, se han reformado leyes y normas y se han creado plataformas para combatir la corrupción, no obstante, más allá de los cuestionables resultados, lo cierto es que el pobre desempeño institucional para erradicarla y la proliferación del discurso de descrédito por parte de actores sociales y políticos sigue vigente y continua afectando la confianza de la ciudadanía.
La corrupción puede ser vista como un problema cultural atribuible a la poca o nula educación en México, bajo la premisa de que solo la clase “privilegiada”, en la que recae el poder público, la ejerce a beneficio propio, no obstante, Rose Ackerman señala que al igual que en cualquier mercado, existen dos agentes, un vendedor (el servidor público) y un comprador (la empresa o individuo) por lo que podemos estar hablando de que una buena parte de la población sufre o se beneficia de estas nocivas prácticas al formar parte de las estructuras que la replican.
Los retos que se enfrentan como país son amplios y complejos, sobretodo, la recuperación de la confianza social en las instituciones y esto solo se logrará hasta que se imponga el imperio de la ley sobre los interes particulares o de grupos de interés.
FUENTES CONSULTADAS
Instituto Belisario Dominguez. (2021). Causas y efectos de la corrupción burocrática. Senado de la República, CDMX.
Morris, Stephen D. 1991. Corruption & Politics in Contemporary Mexico. Tuscaloosa, London: The University of Alabama Press.
Sandoval, Irma Eréndira. “Entrevista in extenso para ‘La Grieta’ blog cultural y político de la juventud española (27 de julio 2016). La corrupción = dominación social + impunidad – voz ciudadana: Irma Eréndira Sandoval”, blog, 1 de agosto de 2016. Recuperado el 23 de febrero de 2018, de http:// irmaerendira.blogspot.mx/2016/08/entrevista-in-extenso-para-la-grieta.html